La casa debería ser un lugar seguro para nuestros niños, en ocasiones escuchamos decir: “Una de las cosas positivas de la cuarentena es que por lo menos los niños están protegidos porque están en casa”. ¿Pero realmente es así?, El Dr. Finkelhor plantea en sus investigaciones que el 85% de los ofensores sexuales son personas conocidas por el niño, un familiar o un vecino. Eso complica el tema de la prevención en el confinamiento, pues la víctima está al alcance del perpetrador que puede aprovechar cualquier momento del día.
La cuarentena y el confinamiento hacen que los mecanismos de denuncia se hagan más complejos, pero hay que tener presente que el silencio es el principal cómplice del abuso sexual.
Durante la cuarentena se ha incrementado la utilización de las redes sociales por parte de ofensores sexuales, quienes aprovechando que los niños no pueden salir de casa y están más tiempo conectados a las redes.
¿Qué podemos hacer?
La clave es la prevención primaria, hay que hablar del tema, de sexualidad, de abusos sexual y romper las barreras que impiden sea un tema que se aborde en familia. La comunicación con nuestros hijos y que sepan que pueden contar con nosotros en cualquier momento va a ser fundamental para que se pueda prevenir o atender un caso en casa.
Pero, ¿Qué pasa cuando sospechamos que ya ocurrió?, ¿Qué hacemos si nuestro hijo nos lo cuenta? recomienda una cosa: denunciar. Es fundamental el apoyo familiar en la recuperación del trauma producto del abuso sexual.
Enseñar a los niños a auto-protegerse es una de las principales herramientas en la prevención.
Recuerda, un adulto responsable debe pensar constantemente en formas de mantener seguro al niño.
EL HOGAR DEBE SER SEGURO PARA LOS NIÑOS.
Psic. Maria Elena Liebster
Directora de Afecto Venezuela.